La firma electrónica de Clientify se puede considerar como firma electrónica simple conforme a la legislación chilena.
a) Marco jurídico vigente
La legislación chilena reconoce el uso y validez legal de la firma electrónica desde la promulgación de la Ley N.º 19.799 sobre Documentos Electrónicos, Firma Electrónica y Servicios de Certificación, publicada en 2002. Esta ley establece un marco general que distingue entre dos tipos de firma electrónica: la firma electrónica simple (FES) y la firma electrónica avanzada (FEA).
La firma electrónica simple es aquella que permite al receptor de un documento identificar formalmente al autor, sin necesidad de contar con certificación acreditada. La firma electrónica avanzada, en cambio, requiere un certificado digital emitido por un prestador acreditado por el Estado y cumple estándares más estrictos de autenticación, integridad y no repudio. Ambas firmas tienen valor jurídico, pero la avanzada tiene una presunción legal reforzada y se exige para ciertos actos que requieren mayor formalidad.
b) Requisitos para la validez jurídica
La firma electrónica simple es válida y suficiente en Chile siempre que cumpla tres requisitos esenciales:
· Identificación del firmante: Debe ser posible vincular la firma con una persona específica.
· Consentimiento informado: El firmante debe haber manifestado su voluntad de aceptar el contenido del documento.
· Inalterabilidad del documento: Deben existir mecanismos razonables para garantizar que el documento no ha sido modificado después de la firma.
La FES tiene plena validez legal en la mayoría de los actos privados, como hacemos en Clientify. No obstante, cuando se requiera un “instrumento público” o un documento destinado a surtir efectos frente a terceros con exigencias legales específicas, se debe recurrir a la firma electrónica avanzada o incluso a una firma manuscrita ante notario.
c) Usos frecuentes de la firma electrónica simple
La firma electrónica simple se utiliza ampliamente en Chile en múltiples sectores y contextos. Algunos de sus principales usos son:
· Contratos laborales, acuerdos de confidencialidad y compraventa de bienes no registrables.
· Autorizaciones internas, comunicaciones corporativas y actas de reunión.
· Procesos de onboarding o documentación de recursos humanos.
· Consentimientos informados y formularios de admisión en salud o educación.
· Aceptación de condiciones comerciales, términos y acuerdos digitales.
· Gestiones electrónicas ante instituciones que no exijan firma avanzada.
Su aplicación se ha intensificado especialmente desde la pandemia, promoviendo la despapelización de procesos en empresas, instituciones públicas y profesionales independientes.
d) Enlaces de interés